Feminismo, feminidad e igualdad.

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Mi próxima novela cuenta la historia de Briana, que en celta significa «mujer fuerte». Y lo ha sido incluso antes de nacer.

Briana está decida a hacer realidad sus sueños, a luchar por su futuro, pero pronto descubrirá la triste realidad. Vivimos en un sistema machista, patriarcal y si quiere triunfar deberá utilizar los mismos engranajes que le parecen injustos y discriminatorios. Además, tendrá que luchar contra la mentalidad «conservadora» que acusa de feminazis a las mujeres que se salen del molde y, sobre todo, necesitará destruir sus propios «micromachismos» interiores.

Cuanto más avance mayor resistencia encontrará y en sus propias congéneres descubrirá grandes aliadas y poderosas enemigas. Una historia en que he procurado crear los personajes más verosímiles para retratar los estereotipos de nuestra sociedad y en particular del mundo artístico.

Hace poco más de un mes se celebró el «Día Internacional de la Mujer» y aunque no hubo las manifestaciones de otros años debido a la pandemia, volvieron a alzarse los estandartes reivindicativos contra la violencia machista, la libertad de decidir sobre el aborto y la igualdad de derechos. Muchísimos hombres apoyaron, quizás más que nunca, los reclamos y hasta en algunos casos se llegó a hablar de una nueva «masculinidad». Sin embargo, las estructuras no han cambiado, siguen profundamente arraigadas en un concepto de feminidad por el cual la mujer tiene la función de someterse al hombre, cuidar de los hijos y dedicarse al hogar.

«Bueno, si además quieren hacer otras cosas, seamos permisivos», piensan quienes se creen progresistas.

«Bueno, hay algunas excepciones de mujeres que quieren dedicarse por entero a una profesión, seamos tolerantes», reflexionan las mentes más avanzadas.

En el primer caso, la mujer sigue siendo un ama de casa que sale a trabajar. Y como se trata de un complemento a la actividad del hombre, su sueldo es inferior al que corresponde por la tarea realizada. ¡Si hasta hay rubros que contratan casi exclusivamente mujeres para pagar menos!

En el segundo, la dedicación profesional será bien vista en ciertas especialidades y en otras no debe dejar de percibirse como excepcional por parte de la sociedad. De lo contrario proliferan los grupos de reacción, como ha ocurrido en los últimos tiempos a nivel mundial. Y es sorprendente el grado de apoyo que han obtenido. Supongo que se debe al temor de perder la pequeña o gran cuota de poder que cada uno tiene en este sistema.

Las mujeres como Briana tienen una difícil misión que cumplir. No es suficiente igualar al hombre en sus derechos o conseguir enormes penas para la violencia machista o poder abortar y ser dueñas de su cuerpo. Es imprescindible derribar las estructuras del actual sistema, construir otro más justo en el que no haya mota de duda respecto al papel de la mujer en la sociedad y, sobre todo, hacer que cada individuo cambie su mentalidad al respecto. Nada sencillo si tenemos en cuenta que el machismo lleva más de dos mil años modelando la mente tanto de mujeres como de hombres.

Por alguna razón que desconozco siempre me he relacionado con más mujeres que hombres. Admiro al género femenino por su enorme potencial, su creatividad, inteligencia, intuición, perseverancia y resiliencia. Por ello, esta novela va para ellas.

Me ha encantado compartir buena parte de mi vida con vosotras, en pie de igualdad. Me habéis enseñado muchísimo.